13/6/12

Como te extraño. (Dos años ya)



Me cuesta recordar la última vez que fui feliz, lo que sentía al tenerte, la certeza de que no ibas a huir sin importar la guerra previa. Nos creía fuertes, construcción eterna con cimientos que ni el viento podría llevarse. Vivo negándome que te has ido, que no quieras volver a oír mis pasos cortos con tus zancadas largas, mis carcajadas en el autobús cuando íbamos a bañarnos en vino, con manteles rojos y las copas llenas. O aquel fin de semana alojándote en mi vida, despertando intensos, nuevos, plenos. Sin subir las persianas, sin querer volver al mundo real.

El último momento que me hace aferrarme a todo esto tiene sonido de ascensor, tu abrazo, la desesperación, quince llamadas perdidas, la esperanza absurda que aún guardo. A pesar de todo paso cuatro veces al día por delante de tu puerta, esperando no volver a verte y al mismo tiempo girando la cabeza hacia tu portal. En todos estos años no nos hemos chocado por la calle y tengo que romperme con tus faros azules de frente en ese callejón un lunes. Apretar los puños, repetirme mentalmente "no te gires, no corras hacia él, no le abraces, no supliques". Girar la esquina y secarme las lágrimas que no sé si alguna vez podré volver a contener.

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